jueves, 20 de septiembre de 2007

EDUCACIÓN MÁS HUMANA

En el capitulo tres se encuentra un cuadro (Nº 3) que muestra un paralelo de la evaluación tradicional y la auténtica, que entre paréntesis encuentro que no pudieron nombrar de mejor manera una evaluación que toma en cuenta los conocimientos previos, los adquiridos, los ritos y motivaciones…es la unión de una serie de contrastes que de una u otra forma serán propios del estudiante guiados por el profesor.
Lo que quiero, en esta ocasión, es ver el paralelo evaluativo y encontrar diferencias que en la práctica se hacen significativas, como son el uso de verbos importantísimos que en el tradicional a diferencia del autentico no se usan, como son; orientar, mejorar, estimular, etc. No es llamativo que no se encuentren en el tradicional, pues su fin es calificar los aprendizajes, llevados a cabo a través de pruebas orales o escritas, que tienen por característica ser poco objetivas, no hacer diferencia entre estudiantes, son repetitivos los modelos, dan énfasis a la memoria textual y en su mayoría no son planificadas acordes con el plan de la unidad. Si graficamos la realidad del docente en este modelo se verá un bajo interés por diversificar los métodos de enseñanza y de evaluación, en conjunto con esta situación se encuentra la escasa motivación por reforzar habilidades de los estudiantes para lograr los objetivos, es por eso el nombre de mi reflexión, si el nuevo modelo llega a buen puerto tendremos una educación más humana, además de tener personas como estudiantes y no números.
El modelo que se debería estar hoy en día en nuestros colegios y escuelas del país es quien incorpora la evaluación autentica, que nos transporta al otro polo de la relación profesor- evaluación – alumno, difícil combinación al momento de relacionarlas en momentos que requieran llevar a la práctica los conocimientos adquiridos, pero con el apoyo docente del proyecto se debería tener un buen resultado como dice Mariana Eylwin Oyarzun en un programa de estudio del ministerio de educación “Ello constituye un desafío grande, de preparación y de estudio, de fe en la vocación formadora, y de rigor en la gradual puesta en práctica de lo nuevo. Lo que importa en el momento inicial es la aceptación del desafío y la confianza en los resultados del trabajo hecho con cariño y profesionalismo”, para que Chile crezca necesitamos docentes con innovadoras ideas, que confíen en los conocimientos de sus estudiantes, que no les pongan “techo” y que estén informados de la realidad en que viven sus alumnos para adaptar la información de forma significativa. Hay mucho trabajo aún, pero tengo fé de que un día se tome en serio la educación.

2 comentarios:

Profesora dijo...

Estimada estudiante:
Si bien puedo estar de acuerdo contigo en muchos de los puntos que expones y teniendo la misma fe (no fé), en tu reflexión se pierde el documento, sin que queden claros los puntos importantes y secundarios, y sin que se observe de tu parte una evaluación de la calidad de lo leído.
Te recomiendo que releas la guía para la lectura crítico-reflexiva que acompaña a la rúbrica de este semestre. Tu nota es un 69.
Atentamente,

Profesora dijo...

Estimados estudiantes:

Tal como el comentario anterior, les adjunto lo que podría haber sido la reflexión referente al texto de Pedro Ahumada, sin querer coartar sus opiniones personales que tienen que ir junto a éstos elementos.

El autor plantea que el concepto de evaluación se ha ido modificando a través del tiempo y en correlación con las investigaciones que realizaron diversos autores en el ámbito educacional; apuntando en un principio a un enfoque centrado en el comportamiento de los alumnos en función del grupo, posteriormente se le dio mayor relevancia al logro individual bajo ciertos objetivos previamente formulados y por último la evaluación toma un enfoque referido a la construcción de conocimientos.

Lo que se pretende de la evaluación hoy en día es que se centre en el proceso de aprendizaje de los alumnos y para esto se exige una evaluación individualizada y multidimensional, sin embargo esto se opone a la dinámica vigente que prioriza una enseñanza grupal y estandarizada, cuyos resultados de aprendizaje se miden cuantitativamente como una herramienta válidamente científica para calificar el trabajo escolar, dentro de ésta encontramos la teoría clásica basada en la habilidad y comportamiento del grupo frente a un ítem en particular y encontramos la teoría de respuesta al ítem que representa la probabilidad de ser respondidas correctamente por los alumnos.

Pedro Ahumada Acevedo critica las teorías que sustentan este tipo de pruebas con el propósito de generar dudas técnicas en los lectores acerca de la veracidad de los aprendizajes que se ven reflejados en los resultados de dichas pruebas. Este propone un sistema alternativo de evaluación centrado en los procesos, donde la responsabilidad del aprendizaje recae en el alumno, este tipo de evaluación la denomina Evaluación Auténtica, destinada a mejorar la calidad y el nivel de los aprendizajes.

Se pretende tomar conciencia de la creación de estrategias evaluativas y de la práctica de éstas por parte del docente de acuerdo a su propia concepción del enseñar y aprender. A partir de esto, propone los siguientes principios: continuidad y permanencia, carácter retroalimentador, función diagnóstica y formativa, autoevaluación y coevaluación y nuevos procedimientos de evaluación no ortodoxos que renueven el proceso de evaluación. Sin embargo, las innovaciones de las prácticas evaluativas no han sido implementadas en su totalidad en este sistema, a pesar de que estas son conocidas, a nivel de conciencia y actitud existe una mínima aceptación por parte de los docentes, lo que implica que la evaluación sigue siendo centrada en las pruebas.